26 oct 2010

El destino está muerto en manos de la mala suerte.

Hola chicos, hoy vengo a contarles una historia de mierda, pero voy a tratar de disfrazarla de elegancia y ponerle algun toque grotesco.

Hoy esperé mirando al horizonte, pero mi Sol no salió, se quedó jugando con las estrellas de la buena fortuna, allá, donde no puedo verlo, Neptuno olvidó de hacer bailar al oceano, y el viento no puede callar al silencio que grita en mi corazón, el mundo se aburrió de girar, la vida, burlona, enseñó tanto al ambicioso como al conformista, que hay cosas que son más difíciles de conseguir, los primeros van por ellas y los segundos se resignan, a veces es difícil encontrar la diferencia entre perder mucho y ganar poco, y no siempre hay en la vida cosas como balance o justicia, lo mismo la felicidad, oh, que pudiera decir de la felicidad, cosa abstracta si las hay, difícil es tener un objetivo mas extenso en la vida que el de ser feliz. Las personas son de carne y hueso, de agua y sangre, pero también de amor y de odio, de alegría y de tristeza, y hay algo que hay que cuidar mucho, la felicidad.
La felicidad es algo que no se encuentra en un lugar específico, depende de muchas cosas, muchas. La felicidad no está en tu corazón, o en tu espíritu, ahí sólo hay pistas y descripciones para encontrarla, la felicidad está en tus acciones y en los resultados, y es un camino mas que difícil. Es un laberinto, el peor de los laberintos, uno puede estar años buscando eso que tanto anhela por el camino equivocado, y puede perder la vida sin ver jamás el brillo de esta. El camino correcto muchas veces puede no tener fin, nunca se sabe, no hay dos personas cuyas vidas y ambiciones sean las mismas, a menos que sean auténticos mediocres incapaces de imaginar y sentir. ¿Donde va la vida de quien perdió todo interés en la felicidad? A ninguna parte. No hay brillo. Justo como hoy, que no tengo mi Sol en el firmamento, bañándome en su luz que todo lo ilumina, hoy estoy ciego en una superficie infinita, mis sentidos están atenuados, pierdo la conciencia de a poco, me pregunto a mi mismo, ¿he equivocado el camino? y siento que no soy capaz de responder, sigo esperando, mirando al horizonte, esperando que el haz de luz llene mis ojos con su calidez que me hace vivir y sentir, y apreciar lo que no puedo ver ahora. La confusión me hace rehén, no me queda mucho tiempo mas, necesito saber si el Sol va a asomarse otra vez como lo hizo hasta hoy. Si mi estrella se apaga, yo también lo haré, por eso no pido riquezas, ni poder, sólo pido que sea de día, que pueda ver a mi sombra en el suelo, y no ser yo la sombra. Yo sé que muchas veces no aproveché su luz y me dediqué a refugiarme en lo profundo de un túnel en una montaña, pero no es de despreciar la luz, sino de buscar en mi interior una breve pausa, pero no puedo ahora hacerte volver, brillo que me da aire, que me da pulso. Hoy fue un día negro, no puedo creer que realmente te haya ofendido, y es que soy un ser humano, como todos, y tengo muchos defectos de los cuales avergonzarme, pero no puedo vivir sin tus rayos, no puedo culparte de las quemaduras, yo me expuse varias veces, pero muchas otras fui ingenuo. Muchas veces nos vimos y nos dimos la espalda, pero siempre supimos que necesitamos al otro para ser alguien, algun día voy a morir y vos vas a estar saliendo todas las mañanas que le sigan, pero el espectáculo no va a ser el mismo. Quiero que me recuerdes antes de precipitarte a dormir del otro lado del horizonte, y que sepas que te necesito, y que podés hundirme en la miseria y en la desolación absoluta, podés castigarme por la eternidad, pero no vas a poder lavar tu conciencia ni borrar este día que quedará en la memoria del universo como el día que el Sol no salió.
Federico.

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